Fairy Oak
viernes, 28 de diciembre de 2012
miércoles, 12 de diciembre de 2012
Sangre, piel y huesos
No
en vano somos todos
corazones humanos.
Y al fin y al cabo sentimos,
y padecemos también.
Y por qué dudar de la existencia del amor.
Acaso dudamos de la existencia del odio.
Y como estamos vivos
y respiramos
cometemos errores,
tenemos sentimientos también.
Admitamos pues las emociones.
Como el amor, la venganza,
como el odio, el perdón.
Consumamos ya la sangre
de este viejo corazón
miércoles, 21 de noviembre de 2012
Deadly sins (VII)
Avaricia/Avarice
Cuando me hube recuperado de mí misma, volví a abrir los
ojos y me levanté.
No iba a permitir que perteneciera a otra persona.
Voy a coger lo que me corresponde.
El Mundo es para mí, me dije. No podía ser de otra manera.
Tomé una capa larga y envolví mi cuerpo desnudo con ella. No
permitiré que nadie se apoderé de lo que es mío. Necesitan que yo posea eso que
les corrompe, entonces no volverán a matarse entre ellos. En el fondo, les hago
un favor.
Di la espalda al maravilloso espejo y al cómodo diván.
Ignoré las mesas de maravillosa comida y bebida.
En mi cabeza solo existía una palabra: “Poseer” y con esa
idea, me di media vuelta y con expresión decidida, abandoné aquella corrupta
habitación, tan solo cargada de falsas virtudes y mortales pecados capitales.
Deadly sins (VI)
Lujuria/Lust
Tumbada entre mis blandos almohadones, con el
estómago satisfecho y más adormilada que nunca; me sentía de maravilla.
Dejé que mis manos recorrieran mi pecho y mi
vientre acariciándolos perezosamente y ronroneé como una gata satisfecha.
Por un momento, allí recostada y tranquila, me
permití volver a pensar en ella.
Sus cabellos rubios. Su piel de terciopelo, tan
suave y cálida. Nuestros cuerpos abrazándose, notando su aliento en mi cuello.
Abrí los ojos y suspiré profundamente.
Volví a cerrarlos. Intentando apaciguar la
respiración que empezaba a agitarse con su recuerdo, seguí acariciando mi
propia piel pero en mi mente aún había un atisbo de sus senos, que me acosaban
en sueños.
Mis dedos me hacían cosquillas bajo mi vientre y
después se perdieron en un baile entre las piernas que ya no había manera de
controlar.
Mis caderas se columpiaban al mismo compás y mi
espalda se arqueaba en espasmos sin que me diera cuenta. Jadeaba sin poder
evitarlo.
Ya no sabía ni cuál era mi nombre pero no cesaba
de pensar en ella que en mi imaginación me deseaba tanto como yo a ella.
Mi cuerpo nadaba en sus propios efluvios. Moriría
por escuchar sus gemidos pero ahora solo oía los míos propios.
El resto del Mundo nada importaba.
Deadly sins (V)
Gula/Gluttonny
Me recliné de nuevo y suspiré. Intenté relajarme
pero no podía.
Observé que juntos a los divanes, unas mesitas de
café estaban bien dispuestas con todo tipos de manjares y una jarra de vino
exquisito como el que no cualquiera se podía permitir.
No tenía hambre y jamás me ha gustado lo dulce
pero aquellos pasteles y golosinas parecían demasiado apetitosos como para
despreciarlos así que resolví tomarlos y probar un poco de cada cosa. Los
sabores y las texturas deshaciéndose y mezclándose en mi paladar… una de las
sensaciones más deliciosas que nunca hubiera apreciado y no podía ni quería
parar…
Aquello solo podía mejorar con algo que me
refrescara las ascuas del fuego que me había ardido recientemente por dentro de
forma que, aunque nunca me hubiera atrevido a probarlo, me acerqué la jarra de
rosado vidrio, despreciando las copas por su miserable tamaño, y tomándola con
ambas manos me la llevé a los labios y los empapé de líquido rojizo y espeso.
Si bien su sabor era algo fuerte y pesado, era a
la vez exótico y nuevo para mí así que continué bebiendo dejando que sus
efluvios adormilaran y confundiesen mi mente y mi cuerpo…
martes, 20 de noviembre de 2012
Deadly sins (IV)
Envidia/Envy
¿Por qué veían en ella lo que no existía? ¿Qué
tenía ella que yo no?
Nada. Solo un pico de oro, la muy engreída.
Pero sus rizos sedosos podían hacer perder la
cabeza al más pintado.
Por qué no había yo de tener una belleza tan
turbadora como la suya lo era. Ni siquiera era la mitad de inteligente que yo.
Y sin embargo, oh, sin embargo su encanto natural,
unido a su fragilidad espiritual que le concedía un aspecto de ninfa… Y todos
la deseaban solo con mirarla.
¿Acaso se cree tan buena que no puede conformarse
con no restregárnoslo a los demás por la cara? Si tan solo mis modales y mi
reputación fueran mínimamente parecidos a los suyos… Sin duda yo me merezco
mucho más las atenciones que ella recibe. Ni siquiera aprecia lo que tiene.
Deadly sins (III)
Esta entrada está dividida en 7 partes en total. Puedes leerlas juntas o por separado. Debido a la condición de orden cronológico del blog, la primera resultará la última y la última la primera pero puedes leerlas como prefieras.
Ira/Wrath
Entonces una idea y un rostro cruzaron mi mente
rápidos como un rayo y me golpearon en el pecho.
No iba a permitir que ella estropeara nada. Ella,
con sus bucles rubios y su aspecto angelical…
Maldita condenada zorra. Su voz celeste de
campanillas que a todos complacía y agradaba resonaba en mi cabeza y cortaba mi
mente como cuchillos afilados y el recuerdo de su mirada azul e inocente me
provocaba ganas de vomitar.
Solo yo era capaz de ver la arpía que se ocultaba
bajo su antifaz de virtud y buenos sentimientos.
La sangre me latía golpeándome las sienes y mis
manos se cerraban solas buscando algo que golpear.
Su hermoso rostro, que se burlaba de mí y
pretendía que lo amase como los otros hacían.
Estúpida. Mi respiración se aceleraba por momentos
y sentía mi rostro enrojeciendo de ira.
Deadly sins (II)
Esta entrada está dividida en 7 partes en total. Puedes leerlas juntas o por separado. Debido a la condición de orden cronológico del blog, la primera resultará la última y la última la primera pero puedes leerlas como prefieras.
Pereza/Sloth
Pereza/Sloth
Me recliné y
me extendí en mi cómodo diván. Tenía el Mundo al alcance de mi mano. Lo
tenía todo. Allí tumbada, recostada, sin nada de qué preocuparme… Y otros
requerían de mis favores y de mi inteligencia pero… no iba a atenderlos ahora,
podían arreglarse sin mí por el momento.
Solo deseaba permanecer así… descansando…
relajada… durante todo el tiempo que fuera necesario… y nada ni nadie iba a
molestarme ni a hacerme levantarme nunca… nunca más…
Y no necesitaba nada, solo dormir, tan solo
perderme entre cojines, almohadones, el calor de mi propio cuerpo me envolvía y
me encerraba en una burbuja de comodidad y satisfacción que me complacía y me
escondía de todo y todos; no deseaba salir de allí jamás….
Y la Vida pasaba igual sin que yo me inmutara…
Deadly sins.
Esta entrada está dividida en 7 partes en total.
Puedes leerlas juntas o por separado. Debido a la condición de orden
cronológico del blog, la primera resultará la última y la última la primera
pero puedes leerlas como prefieras.
Vanidad/ Vanity
Observé aquel enorme espejo hecho a mi misma medida.
Su marco onarmentado de madera lacada en puro oro enmarcaba en realidad mi
propia figura y mi persona y ahí residía su atractivo.
La belleza de la obra de arte barroco en nada se podía
comparar a la mía propia, la de mi cuerpo desnudo, frágil y delicado.
Observando mi propio reflejo me permití olvidarme del
Mundo por unos instantes.
Cuán hermosa era. Yo compadecía al resto que no podría
jamás estar a mi altura. ¿Los compadecía? En realidad no. Solo deseaba que
todos me contemplaran y me alabasen también.
No necesito ejercicios de modestia. Esos son para los
débiles de espíritu. Solo necesito que me adoréis como yo me adoro.
Realmente mi belleza es algo a envidiar y he de
reconocer que mi inteligencia no se hace quedar atrás, sino que equilibra todo
lo demás.
miércoles, 31 de octubre de 2012
Jack O' Lantern (la leyenda de Halloween narrada por mi)
Hace
ya varios cientos de años, en una tierra no muy lejana, vivió un joven no tan
apuesto cuyo nombre era Jack.
Jack
era un muchacho granjero, de un carácter más bien bromista y burlón así como un
tanto borracho y pendenciero. En el pueblo en el que vivía se le conocía por
sus trampas en el juego y por sus trucos para no pagar en las tabernas.
Una noche
de octubre, Jack estaba emborrachándose en un bar como era su costumbre cuando
tenía algo de dinero. En aquella ocasión sin embargo, no le quedaba ninguna
moneda y tenía en cambio bastantes deudas con el dueño.
Cuando ya el tabernero
iba a echársele encima para echarle a patadas del lugar, se le apareció ni más ni menos que la figura del mismo Diablo que se ofreció a convertirse en
moneda con la que pagar a cambio de que él le entregase su alma.
Jack aceptó
pero una vez que el Diablo se hubo transformado, guardó la moneda en una bolsa
de cuero que tenía una pequeña cruz grabada de forma que este no pudo escaparse
ni usar sus poderes. Después escapó por los pelos de la taberna e hizo el pacto
con el Diablo de que durante 10 años no tomase su alma a cambio de su libertad.
Este accedió.
Pasaron
10 años durante los cuales Jack siguió cometiendo fechorías. Cuando llegó de nuevo
octubre acudió a su cita en un bosque con el Diablo, con mucho temor.
Desesperado
por su cercano final, pidió al Diablo que le concediese como último deseo,
comer una manzana. El Diablo se encaramó a un manzano para coger la fruta y Jack
rápidamente aprovechó para tallar una cruz en el tronco del árbol usando un
pequeño cuchillo. Había vuelto a engañarle.
Esta
vez le hizo prometer que nunca tomaría su alma. El Diablo volvió aceptar y Jack
le dejó ir.
Muy
poco tiempo después, Jack murió en una taberna sin que su alma hubiese podido
redimirse de sus pecados. Como era de esperar, no pudo entrar en el Cielo.
Cuando
bajó a las puertas del Infierno, el Diablo le recordó, entre risas, que había
jurado no tomar su alma. Desolado y sin ningún lugar al que ir, Jack inició el
camino de vuelta al mundo terrenal para penar y vagar por el resto de la
Eternidad.
Si
bien el camino de regreso era tan frío y oscuro que el Diablo le dio un pequeño
destello de luz eterna que Jack guardó en lo único que le quedaba ya en su
vieja bolsa de cuero: una calabaza (o puede que fuera un nabo) sobre la que con
su cuchillo talló, a modo de última burla al Diablo, una grotesca y fea cara
que le alumbraría por el mundo de aquellos a los que no se les permite
descansar en paz.
Y he aqui que esta leyenda dio lugar en muchos países de tradición celta a la costumbre de tallar, una noche al año y coincidiendo con la vispera del día de Todos los Santos, una calabaza con una siniestra cara que pueda alumbrarnos en la noche más oscura y protegernos de los espíritus desalmados.
Feliz noche de Halloween.
miércoles, 17 de octubre de 2012
Bizarre.
You may be bizarre, strange.
But don’t think about it.
Don’t care about it.
Weird people make this world come to life.
Strange people make me believe magic exists.
Bizarre people have invented their own wonderful
world.
Like Alice.
Like me.
In our bizarre world everything can exist.
No rules, no tedium.
That kind of life common people won’t live
.
viernes, 12 de octubre de 2012
The Graveyard
Bueno, hoy os dejo un pequeño relato (no tan pequeño como quisiera solo espero que no sea demasiado pesado) que he escrito inspirándome en los relatos de un amigo mío, cuyo blog se llama Crazzy Writers, no sé cómo se hará llamar ahora. Más o menos él es el protagonista de la historia, o más bien un personaje que se le parece bastante. No obstante eso no significa que no lo pueda leer cualquier persona y dar su opinión.
THE GRAVEYARD (El cementerio)
Cerré la puerta del aula haciendo el máximo ruido posible. Nadie me hizo caso, como era mi intención. Ni una sola vista se alzó, ni el profesor se dio la vuelta desde lo alto de la tarima. Siguió escribiendo interminables fórmulas en la pizarra, como si nada.
De mal humor me encaminé a la última fila de pupitres que estaba totalmente vacía.
Me senté en el asiento más alejado del profesor de toda la clase (si no me iba a prestar atención, desde luego que yo a él tampoco), dejé mi mochila en el suelo y saqué un cuaderno al azar. Ni siquiera sabía en qué asignatura me encontraba. Prefería centrarme en mis propios asuntos, que no eran pocos.
Llevaba semanas sin poder apenas dormir. ¿Por qué? No hubiera podido decirlo. Morfeo, ese dios escurridizo del sueño, se escapaba de mi control más de lo acostumbrado. Mis ojeras, el doble de acusadas debido a la palidez de mi piel, me hacían parecer más un cadáver que un universitario medio aplicado en sus estudios.
Las voces de mis compañeros llegaban distorsionadas a mi cerebro. Sin saber muy bien qué hacer, abrí mi cuaderno en una página nueva y empecé a garabatear sin ton ni son. Dibujaba sin pensar. Al cabo de un rato, después de deslizar el lápiz por el papel sin vacilar ni detenerme ni una sola vez, me atreví a mirar el resultado. Normalmente mis creaciones eran reconocibles. Carrocería, motores, que dibujaba de memoria. A veces personas, otras, paisajes. En esta ocasión no me reconocía a mí mismo en el dibujo. Parecía una escultura, con forma de mujer, tal vez, al lado de unos montículos o algo similar, era demasiado inconsistente como para asegurarlo.
Pensé en escribir un relato relacionado con mi propio dibujo. Pensé en prestar atención al profesor. No hice ninguna de las dos. Con parsimonia y un deje de chulería, guardé mi cuaderno, cogí mi mochila y abandoné el aula, de nuevo haciendo mucho ruido al cerrar la puerta detrás de mí. Pero nadie se enteró. Mientras bajaba las escaleras, oí en el fondo de mi cabeza la acostumbrada voz que me reprendía por mis actos: “¿Se puede saber que haces?” decía “No vas precisamente bien en tu carrera como para pirarte una clase de física sin más”pero no le hice mucho caso. Así que era una clase de física. Interesante. Era bueno saber que al menos una parte de mí se enteraba de las cosas.
Al salir del viejo edificio una ráfaga de viento helado me golpeó la cara pero no me molestó, casi al contrario. Apenas había empezado a andar cuando me hundí un par de centímetros en el barro. Había estado lloviendo y el aparcamiento parecía ahora un pantano. Genial. “¿A quién se le ocurrió la maravillosa idea de construir la facultad al lado de un viejo cementerio?” me pregunté en voz alta. Me acordé de mi extraño dibujo. La escultura que parecía una mujer… ¿era una de esas estatuas que cuidan de las tumbas?
Al fin encontré mi coche que aguardaba mi llegada para volver a casa. Ya iba a abrir la puerta del conductor cuando vi, a duras penas debido a la oscuridad, que alguien había escrito algo en el vaho del cristal de la luna delantera. Lo alumbré con la luz de mi móvil y leí el mensaje, que ya se desvanecía
“¡CUIDADO!”
¿Quién habría sido el gracioso? La luz del teléfono se apagó, por falta de batería. La oscuridad en el parking volvía a ser casi total pues no había más que dos farolas, ambas estropeadas. De pronto vi, a pocos metros de mí, una figura que me observaba.
“Debe ser alguien de clase” me acerqué para decirle cuatro cosas por atreverse a hacer el idiota con mi coche. No estaba de humor para tonterías. Ni aún a dos pasos de la figura logré reconocerla pues mis ojos se resistían a acostumbrarse a la penumbra sin embargo, adiviné que era una chica. Distinguí su cabello largo y su mirada que se había clavado en mis ojos. Los suyos eran color miel, casi anaranjados. Desprendían misterio y frío, a pesar de ser de un tono cálido. Estaba seguro de no conocerla, ni recordaba haberla visto por la facultad… ¿o sí?
“¿Te conozco?” ella se acercó a mí lentamente sin despegar sus pupilas de las mías.
“¿Me conoces?” alargó su brazo derecho, que por cierto estaba desnudo a pesar de que había 5 grados, y toco suavemente mi hombro. Acercó su cabeza para hablarme al oído. Mi respiración empezaba a acelerarse. “Llevas semanas soñando conmigo. Por mi culpa llevas mucho tiempo sin dormir. ¿Y aún me preguntas si me conoces?”
En mi mente sonaba de forma frenética la voz de la conciencia pero no la quería escuchar. Ella ahora me abrazaba y aunque no podía pensar con claridad me di cuenta de que su cuerpo estaba desnudo de cintura para arriba. Ya no notaba el frío en absoluto.
“Tienes que llevarme contigo” me susurraba “vámonos lejos, muy lejos de aquí” no podía más que abrazarla y notaba su piel que desprendía calor, la notaba demasiado bien. Iba a perder el control. La voz en mi mente aún sonaba muy de lejos la voz. Haciendo un esfuerzo sobrehumano escuché lo que decía:
“¡CUIDADOCUIDADOCUIDADOCUIDADO..”
La criatura que me estrechaba estaba temblando pero yo había sido advertido del peligro, no me engañaba.
“Ven, te llevaré conmigo” nos encaminamos a mi coche y cuando abrí la puerta delantera, le di a ella un fuerte empujón, cerré y arranqué más deprisa de lo que jamás hubiera podido. Gracias a Dios no me fallaron ni los nervios ni el motor” Mientras me alejaba, pude ver en el retrovisor una columna de humo desvaneciéndose en el aparcamiento.
Ya en casa, recuperado casi de la extraña aventura (¿o tal vez solo una imaginación producida por la falta de sueño?) miré de nuevo el dibujo que había hecho en clase y que había cambiado. La figura dibujada tenía ahora unos rasgos que me eran demasiado familiares: Cabello largo, ojos anaranjados, a su alrededor varias tumbas desgastadas por el paso de los años.
Cuando me fui a desvestir, para irme a la cama, encontré que mi pecho estaba marcado por graves quemaduras, una en cada lugar donde la extraña criatura había rozado mi piel.
Al día siguiente busqué en internet "mujeres de los cementerios". Encontré una leyenda que hablabla de espectros y demonios que se hacían pasar por estatuas que velaban a los muertos. Una vez que se ocultaban de esta manera, quedaban encadenadas a los cementerios que habitaban hasta que conseguían hacerse con un alma mortal y la arrastraban al interior de la tierra después absorber su aliento hasta asesinar al desafortunado.
miércoles, 10 de octubre de 2012
¡50 entradas ya! (y otras ñoñerías)
Escribo esta entrada en honor a que con la anterior, “La
joven y el mar”, ya eran 50 las publicadas. 50 en 10 meses, que se dice pocas,
50 retazos o fragmentos de mi “atormentada mente” como algunos la llaman,
incluyendo algunos pasajes de libros que me gustasen, canciones, relatos,
poemas o intentos de poemas tanto en inglés como en español y alguna que otra
pequeña reflexión.
También debo mencionar que ya son más de 1000 las visitas
que registra este blog lo cual me hace terriblemente feliz porque me gusta que
la gente lea lo que escribo pues, para mí, la escritura es una de las formas
más bellas y sinceras de comunicarse; además de que para alguien que escribe es
una recompensa ser leído y criticado como para un músico lo son los aplausos (o
abucheos) de su público. Y es que el arte y cualquier forma de comunicación no
podrían serlo sin receptores, sin público, sin gente que esté ahí para
recibirlo y formar una opinión.
Gracias a vosotros, quienes seáis, que me leéis y
que cumplís esa función porque sin vosotros no existiría este blog.
Una vez escritas estas ñoñerías (todos tenemos nuestros
ratos sensibleros) aprovecho esta entrada para recomendar a quien le pudiera
interesar dos blogs semejantes al mío, que leo siempre que puedo y admiro y me
sirven de inspiración incluso.
El primero es el de una compañera y amiga cuyo maravilloso
blog me animó a empezar el mío y cuya magnificencia me anima cada día a
progresar y mejorar y así ser mejor que ella, muajajajajajaja (no es broma, no.
Pero un poco de sana competencia no es malo, ¿no?).
Sus poemas son realmente
música escrita con palabras y sus relatos no lo sé porque apenas los he leído…
pero lo haré, lo haré. No os perdáis el blog de Noelia: Un mundo para soñar.
(Vale, también el nombre de su blog inspiró el mío. Pero no es plagio, eh).
Calidad poética de la buena, oiga. Asegurado.
Y el segundo blog que quiero mencionar es el de otra buena
amiga y que a pesar de estudiar algo que no tiene mucho que ver con la
literatura ha de decirse que escribe muy bien y mucho mejor que otra gente que
conozco y que se da ínfulas de escribir maravillosamente y… nadie les dice que…
se bajen… un poco… los humos.
A lo que iba. Celia, la autora de este blog, escribe un poco
de todo, reflexiones, canciones, algún relato, críticas de libros, lo que sea.
Le animo para que siga así y progrese para que un día sea ¡mejor que yo! Y pueda
decir con motivos que “los de ciencias también sabemos escribir”.
No dejéis de visitar Pasos en la sombra porque realmente
merece la pena.
No es que esta jovencita se parezca a mí en absoluto pero me gustó cómo ha quedado y cumple su función. Parece hecha de chicle de fresa, eso sí. http://www.faceyourmanga.it/
lunes, 8 de octubre de 2012
La joven y el mar.
En
ocasiones me siento
a descansar
en la playa.
La mirada
perdida, algo ensoñada,
hacia el
horizonte se escapa.
La brisa
marina
ensordece mis
oídos.
Las olas
tranquilas
lamen mis
pies descalzos,
el sol mi
piel va quemando.
(Me
estremezco en escalofríos).
Mis
pensamientos
son remolinos:
apenas si
puedo
seguirlos y
retroceder
y perderme
en recuerdos
que siempre
tienen que ver
con veranos
muertos, olvidados.
Mi mente
delira y destruye.
Ya no sé
que he de hacer.
Sobre la
arena ardiente
me dejo
caer
y se van
silenciando,
lentamente,
los susurros
del pasado.
Solo queda
la voz del mar,
su canción
mi alma va
calmando.
Respiro
profundo,
quedo tranquila.
Una gaviota
paseando
para en
seco y me mira.
Me hace un
gesto de desdén
y se aleja.
A mí ya
nada me queda
más que
marcharme;
así pues me
levanto
y caminando,
ligera,
voy dejando
atrás
la arena,
las gaviotas,
las olas y
lo demás
Desde las
aguas me espía una ninfa.
Desde los
mares, Neptuno suspira.
martes, 2 de octubre de 2012
Carpe diem.
Las pasiones construidas por
aquel que vive el momento
son igualmente destruidas al
segundo inmediato,
igual que sus deseos;
nacen, se
consumen y mueren;
Así es siempre,
Como un suspiro,
Aparece y desaparece:
Si estás despierto, lo ves;
Si cierras los ojos, te lo
pierdes;
Como el viaje de una estrella
fugaz.
Si no prestas atención en tu
propia vida
Si no vives ni mueres
Permaneces igual ayer que hoy
que mañana.
Pero si vives el ahora,
Te das cuenta de lo que eres:
Sin mirar a los recuerdos ni a
lo que vendrá.
Ni te preocupa ni te deja
indiferente,
Ni eres blanco ni eres negro,
No piensas, solo actúas,
No ríes o lloras,
No eres desgraciado o feliz;
Tan solo eres tú
Brillando a toda intensidad
Hasta que un día, sin más,
La luz de tu bombilla se
consume
viernes, 21 de septiembre de 2012
Le Théâtre du Monde.
Imagina que no hay personas
mirándote.
Ningún público que te observe, critique ni juzgue.
Imagina que no hay un guión escrito,
eres libre de improvisar.
Imagina que nadie está pendiente de tus palabras,
de tus gestos o tus actos.
Puedes hacer lo que quieras, lo que consideres mejor
y necesario.
Puedes gesticular y sobreactuar.
Puedes gritar y puedes susurrar.
Puedes bailar sin música, cantar desafinando.
Sé tú mismo, inventa tu propio personaje
sé quién tú realmente quieras ser.
Imagina que la Vida
no es la otra sino la tuya
que se enlaza y se funde
con otros varios millones de vidas.
Imagina que eres dueño de ti mismo
y de todos y cada uno de tus días.
En el teatro, como en la Vida,
debes imaginar que estás solo en el escenario.
Tan solo cuando se enciendan las luces que indican el final
te darás la vuelta para mirarles a los ojos,
recibir los aplausos,
dedicarles una sonrisa y reverencia
y alejarte con un aire triunfal.
Dedicado a
Vicente, Miguel, Pedro, Julia, Celia y Sofía.
miércoles, 19 de septiembre de 2012
alma y humo.
Cada calada que dabas
era un pedazo de alma que se te escapaba
y en forma de humo, difuminándose,
ascendía al Mundo de las Ideas
donde acabaría convirtiéndose
en un sueño que alguna vez yo habría de tener,
recordando o solo imaginando
tu atrayente mirada.
Y cómo clavabas tus pupilas en mis ojos.
Fundiéndose verde y castaño.
Y cómo fumabas y cómo me hablabas.
Como si nada te importara.
Y aunque ahora vea
que muchas cosas que decías
las decías solo por quererme impresionar,
tu recuerdo aún no me ha dejado de fascinar.
Y todavía espero, algún día,
oír de nuevo tu voz quebrada
dejar que me seduzcan
tus historias inventadas
ahogarme en una espiral de deseos
enmudecer en tu canción de silencios.
Y al final inventarme una despedida.
lunes, 3 de septiembre de 2012
Ama los descansos.
Los excesos de la locura
me condujeron a un estado de
inestabilidad
basado en un ajedrezado de sentimientos.
Y en mis coloquios con las posibilidades,
tratando de alejarme de la Muerte
y solo logrando acercarme
cada día más, indiferente,
rozar sus labios de infinita amargura,
notarlos fríos pero a la vez cálidos;
con el calor del infinito descanso
y la extinción de los recuerdos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)