Ira/Wrath
Entonces una idea y un rostro cruzaron mi mente
rápidos como un rayo y me golpearon en el pecho.
No iba a permitir que ella estropeara nada. Ella,
con sus bucles rubios y su aspecto angelical…
Maldita condenada zorra. Su voz celeste de
campanillas que a todos complacía y agradaba resonaba en mi cabeza y cortaba mi
mente como cuchillos afilados y el recuerdo de su mirada azul e inocente me
provocaba ganas de vomitar.
Solo yo era capaz de ver la arpía que se ocultaba
bajo su antifaz de virtud y buenos sentimientos.
La sangre me latía golpeándome las sienes y mis
manos se cerraban solas buscando algo que golpear.
Su hermoso rostro, que se burlaba de mí y
pretendía que lo amase como los otros hacían.
Estúpida. Mi respiración se aceleraba por momentos
y sentía mi rostro enrojeciendo de ira.
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