La poesía es la mezcla perfecta entre autocompasión y sonoridad.
No leas tus poemas. Grítalos desde dentro, hasta que duela, a quien sea.
Si escribo canciones de fuego, tal vez esta noche sea más caliente.
A menudo no siento lo que escribo, pero siempre escribo cosas que siento.
No consigo mirarte cuando recitas, prefiero que me penetre el sonido de tus palabras.
Mi mente y la tuya vuelan, a un lugar desconocido, eternamente jóvenes, eternamente libres.
Algún día llenaremos de pensamientos estos fríos y absurdos silencios.
En un mundo en el que conversamos, a lo mejor, de nuevo.
En este mundo de palabras y de no palabras.
De cosas que pensamos, de cosas que decimos, de cosas que callamos.
Fairy Oak
domingo, 21 de diciembre de 2014
domingo, 14 de diciembre de 2014
Manual de instrucción
Hablas demasiado,
Piensas demasiado.
Eres una amenaza
Para el Orden y el Sistema.
¡Sumisión!
Tus ideas son peligrosas,
Tu memoria es peligrosa.
Eres una epidemia,
El viento que aviva la llama.
¡Control!
Acabaremos contigo,
Como acabamos con tus hermanos.
Somos más fuertes y mejores,
Estamos por todas partes.
-Adoctrinamiento-
No hables, no pienses,
Te queremos ignorante.
Te queremos obediente
Para poder controlarte.
Piensas demasiado.
Eres una amenaza
Para el Orden y el Sistema.
¡Sumisión!
Tus ideas son peligrosas,
Tu memoria es peligrosa.
Eres una epidemia,
El viento que aviva la llama.
¡Control!
Acabaremos contigo,
Como acabamos con tus hermanos.
Somos más fuertes y mejores,
Estamos por todas partes.
-Adoctrinamiento-
No hables, no pienses,
Te queremos ignorante.
Te queremos obediente
Para poder controlarte.
jueves, 4 de diciembre de 2014
Versos de braguetas
¡Poetas!
Dejad de pensar en tetas.
Osea,
vale,
el amor mueve montañas
y calienta entrepiernas.
Pero, en serio,
¿no hay otros temas?
Creo que ya pasó de moda
cuando aquello de Romeo y Julieta.
Hablad del arte.
Hablad de la muerte.
Hablad, no sé, de su puta madre
(pero no de sus caderas)
Si la vida es renovarse o morir,
la Poesía debería suicidarse.
Dejad de pensar en tetas.
Osea,
vale,
el amor mueve montañas
y calienta entrepiernas.
Pero, en serio,
¿no hay otros temas?
Creo que ya pasó de moda
cuando aquello de Romeo y Julieta.
Hablad del arte.
Hablad de la muerte.
Hablad, no sé, de su puta madre
(pero no de sus caderas)
Si la vida es renovarse o morir,
la Poesía debería suicidarse.
lunes, 17 de noviembre de 2014
En forma de carta
Hola, cómo estás.
Ha pasado mucho tiempo ya,
pero espero que aún me recuerdes.
Quién iba a decir que volveríamos a hablar,
por un medio tan peculiar,
después de tantos años en silencio;
entonces, cuando éramos uña y carne.
Recuerdas que fuimos inseparables,
recuerdas todos nuestros absurdos planes,
los que llevamos a cabo
y los que jamás realizamos.
Recuerdas que nunca llegamos a enamorarnos,
aunque llegaron a decirnos, deberíais casaros.
Yo entonces no lo entendía o no lo pensaba,
ahora lo recuerdo y me río en silencio.
Quién iba a decirlo entonces,
porque éramos inseparables,
como suele decirse,
la vida nos llevó por distintos caminos
y jamás volví a hablar contigo.
Todo este tiempo, muchas veces te he olvidado
y otras tantas seguías aún a mi lado.
Te he echado de menos muchas noches amargas.
Y he de decir que tampoco recuerdo bien, ni tu voz ni tu rostro,
si no fuera por aquella antigua foto...
Ha pasado tanto tiempo. Tanto, que siento que te pierdo.
Entonces, un día, bajé a Madrid y encontré
aquel parque por donde paseábamos.
Y regresaron de golpe los recuerdos, los planes,
tu voz, tu rostro, nuestros sueños.
Y pensé que tal vez tú ya te habías olvidado,
pensé, ha pasado tanto tiempo;
puede incluso que hayas muerto. Y tuve miedo.
Pensé: ha pasado tanto tiempo,
al final nos hemos hecho viejos.
Y me obligué a mirar la vieja foto, a escribir estas palabras
que no sé si alguna vez leerás.
Y hasta aquí mis pensamientos,
no sé si llamar a esto despedida
o una invitación de reencontrarnos,
después de tanto tiempo...
Ha pasado mucho tiempo ya,
pero espero que aún me recuerdes.
Quién iba a decir que volveríamos a hablar,
por un medio tan peculiar,
después de tantos años en silencio;
entonces, cuando éramos uña y carne.
Recuerdas que fuimos inseparables,
recuerdas todos nuestros absurdos planes,
los que llevamos a cabo
y los que jamás realizamos.
Recuerdas que nunca llegamos a enamorarnos,
aunque llegaron a decirnos, deberíais casaros.
Yo entonces no lo entendía o no lo pensaba,
ahora lo recuerdo y me río en silencio.
Quién iba a decirlo entonces,
porque éramos inseparables,
como suele decirse,
la vida nos llevó por distintos caminos
y jamás volví a hablar contigo.
Todo este tiempo, muchas veces te he olvidado
y otras tantas seguías aún a mi lado.
Te he echado de menos muchas noches amargas.
Y he de decir que tampoco recuerdo bien, ni tu voz ni tu rostro,
si no fuera por aquella antigua foto...
Ha pasado tanto tiempo. Tanto, que siento que te pierdo.
Entonces, un día, bajé a Madrid y encontré
aquel parque por donde paseábamos.
Y regresaron de golpe los recuerdos, los planes,
tu voz, tu rostro, nuestros sueños.
Y pensé que tal vez tú ya te habías olvidado,
pensé, ha pasado tanto tiempo;
puede incluso que hayas muerto. Y tuve miedo.
Pensé: ha pasado tanto tiempo,
al final nos hemos hecho viejos.
Y me obligué a mirar la vieja foto, a escribir estas palabras
que no sé si alguna vez leerás.
Y hasta aquí mis pensamientos,
no sé si llamar a esto despedida
o una invitación de reencontrarnos,
después de tanto tiempo...
sábado, 8 de noviembre de 2014
sentimiento
El amor es una burbuja en el pecho.
La tristeza, un vacío en el corazón.
Busca toda la vida a tu media naranja.
El amor nos vacía más de lo que nos llena.
La tristeza, un vacío en el corazón.
Busca toda la vida a tu media naranja.
El amor nos vacía más de lo que nos llena.
miércoles, 5 de noviembre de 2014
Los lobos
La luna ascendía lentamente por el cielo cuando Sahana logró alcanzar lo más alto del peñón de las traiciones. Aquel era el punto más alejado del poblado y también el lugar desde donde mejor podían observarse las viejas ruinas donde hasta ahora había habitado.
El viento hacía rugir a los árboles, en una especie de aterrador y lejano cántico. Sahana se sentó allí y permaneció acurrucada sobre la hierba, en la punta del peñón, durante un largo rato. Sus ojos apuntaban en dirección al valle y a las piedras que había debajo, pero su mirada estaba perdida, probablemente en los recuerdos.
Algo, tal vez el miedo, la tenía paralizada. Su largo cabello y sus ropas sueltas, se mecían con el viento, su cuerpo, en cambio, permanecía inmóvil como si de una estatua muy real se tratara.
De pronto, un sonido surgió de entre los árboles más lejanos, tapando por un momento la canción del viento. Eran aullidos de lobos. Sahana se sobresaltó y se giró para escudriñar el bosque. No vio nada más que vegetación, rocas y un pequeño zorro desorientado. Ninguna fiera negra. Sin embargo, continuaba escuchando los aullidos, que parecían proceder de algún lugar no muy lejano al que ella se encontraba.
La joven respiró hondo dos veces para intentar tranquilizarse. "El lobo es el animal totémico de la abuela, ellos no pueden hacerte daño", se dijo a sí misma.
Su abuela. La madre de su madre, La sabia entre las sabias. La más vieja de las hechiceras. La reina bruja, como la llamaban. Ahora estaba muerta. Sahana se estremeció cuando sonó un aullido especialmente cercano y amenazador. No podía evitar sentir el miedo recorriendo su columna vertebral.
"He de alejarme, marcharme ya de aquí", pensó. La luna y las estrellas alumbraban el peñón lo suficiente como para que cualquiera, desde abajo, pudiera reconocerla y ella aún no era capaz de camuflarse con sus propios poderes. Debía correr, esconderse, para conservar su honor y, tal vez, su propia vida. No podía permitirse el ser descubierta. Los aullidos de los lobos no se oían ya apenas. Era el momento de escapar de allí.
Haciendo lo posible por no pensar en las consecuencias de sus actos, Sahana se incorporó y se quitó el pesado manto negro que cubría sus hombros y espalda. Lo sostuvo unos segundos al borde del precipicio, observándolo con los ojos muy abiertos. De pronto, hubo un destello, y de la nada brotó una pequeña llama de fuego que comenzó a devorar lentamente la tela. Después, arrojó el manto ardiendo al vacío, que de inmediato despareció en el aire sin dejar rastro.
Sin vacilar, ni mirar una vez más hacia el valle, la joven bruja se giró sobre sus talones y rápida y silenciosamente, se internó en el oscuro bosque.
Sin vacilar, ni mirar una vez más hacia el valle, la joven bruja se giró sobre sus talones y rápida y silenciosamente, se internó en el oscuro bosque.
domingo, 2 de noviembre de 2014
the waiting
In the dark,
I keep waiting for you.
Waiting...
Waiting...
Waiting...
Will you wait for me too.
I keep waiting for you.
Waiting...
Waiting...
Waiting...
Will you wait for me too.
viernes, 10 de octubre de 2014
lunes, 8 de septiembre de 2014
En un mar de oscuridad
Me arrancaré el corazón
y te lo entregaré, aún palpitante.
No podrán decir
que no te quise intensamente.
La belleza de la niña etérea
fue descubierta, sorprendida,
en la oscuridad
por los ojos del que mira
de forma diferente.
Perdida, en el abismo,
se aferra desesperadamente a las ideas.
Una idea se diluye.
Una idea se diluye.
Su esperanza se diluye con ellas.
Como un pez
arrastrado por la corriente,
me he dejado llevar mucho tiempo.
¿Adónde me lleva este océano?
Me hallo perdida en el mundo de las ideas.
y te lo entregaré, aún palpitante.
No podrán decir
que no te quise intensamente.
La belleza de la niña etérea
fue descubierta, sorprendida,
en la oscuridad
por los ojos del que mira
de forma diferente.
Perdida, en el abismo,
se aferra desesperadamente a las ideas.
Una idea se diluye.
Una idea se diluye.
Su esperanza se diluye con ellas.
Como un pez
arrastrado por la corriente,
me he dejado llevar mucho tiempo.
¿Adónde me lleva este océano?
Me hallo perdida en el mundo de las ideas.
miércoles, 6 de agosto de 2014
martes, 22 de julio de 2014
La loca
En el fondo de un callejón, entre cubos de basura,
habita desde hace mucho una mujer sola.
Por las mañanas ríe, por las tardes llora,
los vecinos que allí viven suelen llamarla 'la loca'.
Cuando pasan perros o gatos, la loca charla con ellos.
Si pasan personas, les mira con odio y no abre la boca.
A veces, de madrugada, la loca habla sola.
En ocasiones, ella misma se pregunta y se contesta.
Una vez, alguien intentó dar monedas a la loca.
Ella decidió utilizarlas para apedrear a los coches.
Otra vez, alguien intentó llevarla a un centro para indigentes.
Ella replicó que su deber era cuidar a los cubos de basura.
Otra vez, la loca entró en un bar del callejón.
Se sentó tras la barra y pidió un vaso de agua.
Lo bebió de dos tragos. Luego se cayó redonda en el suelo.
El dueño del local la sacó a patadas del establecimiento.
Un otoño, una mendiga se enamoró de la loca.
Una tarde, con una guitarra rota, le compuso una canción.
Otra tarde, le regaló un ramo de flores.
La loca se comió los pétalos y no hizo nada más al respecto.
Ese mismo invierno, la loca apareció muerta.
En mitad de la noche, una figura encapuchada
había atacado bajo el manto del silencio.
A la loca le arrancaron la ropa.
Después le asestaron siete puñaladas.
Una en cada ojo, una en el cuello,
otra en el vientre, tres en el pecho.
Le cortaron también varios cabellos.
En el funeral de la loca, nadie lloró.
No hubo asistentes, ni discursos,
no hubo perros ni gatos, ni mendigos, ni cubos.
En el funeral de la loca no hubo tumba, ni recuerdos.
No hubo funeral, ni tampoco cementerio.
habita desde hace mucho una mujer sola.
Por las mañanas ríe, por las tardes llora,
los vecinos que allí viven suelen llamarla 'la loca'.
Cuando pasan perros o gatos, la loca charla con ellos.
Si pasan personas, les mira con odio y no abre la boca.
A veces, de madrugada, la loca habla sola.
En ocasiones, ella misma se pregunta y se contesta.
Una vez, alguien intentó dar monedas a la loca.
Ella decidió utilizarlas para apedrear a los coches.
Otra vez, alguien intentó llevarla a un centro para indigentes.
Ella replicó que su deber era cuidar a los cubos de basura.
Otra vez, la loca entró en un bar del callejón.
Se sentó tras la barra y pidió un vaso de agua.
Lo bebió de dos tragos. Luego se cayó redonda en el suelo.
El dueño del local la sacó a patadas del establecimiento.
Un otoño, una mendiga se enamoró de la loca.
Una tarde, con una guitarra rota, le compuso una canción.
Otra tarde, le regaló un ramo de flores.
La loca se comió los pétalos y no hizo nada más al respecto.
Ese mismo invierno, la loca apareció muerta.
En mitad de la noche, una figura encapuchada
había atacado bajo el manto del silencio.
A la loca le arrancaron la ropa.
Después le asestaron siete puñaladas.
Una en cada ojo, una en el cuello,
otra en el vientre, tres en el pecho.
Le cortaron también varios cabellos.
En el funeral de la loca, nadie lloró.
No hubo asistentes, ni discursos,
no hubo perros ni gatos, ni mendigos, ni cubos.
En el funeral de la loca no hubo tumba, ni recuerdos.
No hubo funeral, ni tampoco cementerio.
A todas aquellas personas que están locas sin saberlo.
sábado, 21 de junio de 2014
I shot you down
El cigarro en los labios,
la pistola en su mano,
algo de conversación barata,
un chiste de negros
y BANG-BANG!
tus vísceras en el suelo
Un masaje en los pies
puede ser mejor que un polvo.
Fue a empolvarse la nariz
y volvió puesta hasta las cejas.
BANG-BANG!
le cortó la jodida oreja
Se ahogó en su propia sangre,
sonaba música de los setenta.
BANG-BANG!
Pillemos algo de buena mierda
Escapa con la chica en el coche.
BANG-BANG!
Un tiro entre los ojos,
consume tu venganza.
BANG-BANG!
Lo quiero vivo o muerto.
BANG-BANG!
Nos vemos en el Infierno.
(Este "poema" está inspirado por las pelis de Tarantino y, más aún, por esta canción de Kill Bill)
sábado, 14 de junio de 2014
La calma que precede a su tormenta.
Ella tiene un mar,
un mar en la espalda.
Cuando la veo desnuda,
veo solo agua y espuma.
Los peces saltando
por su cintura
y el sol que se refleja
entre pequeñas arrugas.
Como un océano,
ella desata su furia.
Nuestro amor es
un barquito de papel,
arrastrado por las olas
en continuo vaivén.
Un canto de sirenas
me atrajo a sus caderas,
al igual que Poseidón
se encaprichó de una nereida.
Vivo con el miedo
de que estalle la tormenta.
Hasta entonces navegamos
sin ningún rumbo fijo.
Si naufragamos me encontraréis
en una playa de recuerdos.
Este poema surgió inspirado por la foto que veis arriba. La autora hace unas fotografías de lo más originales y estoy segura de que no soy la única que se ha sentido "iluminada" por ellas.
Si queréis ver su obra, aquí os dejo su página de facebook.
un mar en la espalda.
Cuando la veo desnuda,
veo solo agua y espuma.
Los peces saltando
por su cintura
y el sol que se refleja
entre pequeñas arrugas.
Como un océano,
ella desata su furia.
Nuestro amor es
un barquito de papel,
arrastrado por las olas
en continuo vaivén.
Un canto de sirenas
me atrajo a sus caderas,
al igual que Poseidón
se encaprichó de una nereida.
Vivo con el miedo
de que estalle la tormenta.
Hasta entonces navegamos
sin ningún rumbo fijo.
Si naufragamos me encontraréis
en una playa de recuerdos.
Fotografía: Bárbara Traver |
Este poema surgió inspirado por la foto que veis arriba. La autora hace unas fotografías de lo más originales y estoy segura de que no soy la única que se ha sentido "iluminada" por ellas.
Si queréis ver su obra, aquí os dejo su página de facebook.
sábado, 10 de mayo de 2014
El día en que mis ojos se fueron.
Cansados de tanto mirar,
mis ojos se desprendieron de sus cuencas.
Dijeron "¡Hasta luego, nos vemos!"
Y de un salto desaparecieron.
Privada de la vista,
el ordenador y el móvil no parecían ya interesantes.
¿Qué hacer, entonces?
Cogí un libro pero no podía leerlo.
Miré un cuadro pero no podía apreciarlo.
Salí a la calle, aburrida.
La gente me veía
pero yo no los veía a ellos.
Tan solo vagaba por ahí,
a tientas.
Y, de pronto, ocurrió.
Escuché con atención
y me di cuenta
de que oía cantar a los pájaros
y hablar a las personas.
Mi nariz percibió el olor
a lluvia y a verano.
Mis dedos acariciaron
y mis labios sonrieron a todo el mundo,
indiscriminadamente.
Paseé y paseé.
Sin saber por dónde ni con quién,
durante varias horas,
hablé con mendigos,
prostitutas y drogadictos.
Al final, se hizo de noche
sin que me diera cuenta.
Regresé a casa, pensando
¿Cómo he podido estar tan ciega?
Ya en mi cuarto, me encontré con mis ojos
que gritaban "¡Hemos vuelto!"
Sonreí y les dije "Esta noche no os necesito".
Me fui a dormir, agotada, y por primera vez
soñé sin ver mis sueños.
mis ojos se desprendieron de sus cuencas.
Dijeron "¡Hasta luego, nos vemos!"
Y de un salto desaparecieron.
Privada de la vista,
el ordenador y el móvil no parecían ya interesantes.
¿Qué hacer, entonces?
Cogí un libro pero no podía leerlo.
Miré un cuadro pero no podía apreciarlo.
Salí a la calle, aburrida.
La gente me veía
pero yo no los veía a ellos.
Tan solo vagaba por ahí,
a tientas.
Y, de pronto, ocurrió.
Escuché con atención
y me di cuenta
de que oía cantar a los pájaros
y hablar a las personas.
Mi nariz percibió el olor
a lluvia y a verano.
Mis dedos acariciaron
y mis labios sonrieron a todo el mundo,
indiscriminadamente.
Paseé y paseé.
Sin saber por dónde ni con quién,
durante varias horas,
hablé con mendigos,
prostitutas y drogadictos.
Al final, se hizo de noche
sin que me diera cuenta.
Regresé a casa, pensando
¿Cómo he podido estar tan ciega?
Ya en mi cuarto, me encontré con mis ojos
que gritaban "¡Hemos vuelto!"
Sonreí y les dije "Esta noche no os necesito".
Me fui a dormir, agotada, y por primera vez
soñé sin ver mis sueños.
jueves, 17 de abril de 2014
Lena
"Lena tomó un vaso de vino tinto fuerte de sabor áspero, que le provocó cansancio y tristeza. Subió a su habitación y se sentó a oscuras junto a la ventana, desde donde podía ver la celebración a una cierta distancia. Así era como le gustaba disfrutar de una fiesta."
Ann Brashares, Verano en Vaqueros.
image: carlos&ruth |
viernes, 4 de abril de 2014
mirar (me)
Te encuentro,
te descubro.
Me abres,
me desvelas,
me buscas,
me lames la oreja.
Te enciendo
la mente
mientras
me desenredas
sobre las sábanas.
Te abro
mi cuerpo
te cierro
mis pensamientos.
Me quemas
con tus ojos
me callas
con tus besos.
No te fies
No confíes
en demonios.
Te arañaré
la cara
te desgarraré
el alma,
te destuiré
por dentro.
Te consumiré,
como el fuego
a la madera.
Te mataré
con el silencio.
Me descubres,
me intuyes,
te alejas
y yo te espero.
te descubro.
Me abres,
me desvelas,
me buscas,
me lames la oreja.
Te enciendo
la mente
mientras
me desenredas
sobre las sábanas.
Te abro
mi cuerpo
te cierro
mis pensamientos.
Me quemas
con tus ojos
me callas
con tus besos.
No te fies
No confíes
en demonios.
Te arañaré
la cara
te desgarraré
el alma,
te destuiré
por dentro.
Te consumiré,
como el fuego
a la madera.
Te mataré
con el silencio.
Me descubres,
me intuyes,
te alejas
y yo te espero.
domingo, 2 de marzo de 2014
Poemas.
Noche de viernes.
Se reúnen los amigos de siempre. Bar de madrugada, las mismas viejas anécdotas de siempre, las mismas risas. Esta noche es un poco diferente. Cuando todos ya deciden irse, cambiar de local, dos deciden quedarse. Tienen cosas distintas de que hablar y prefieren decírselas a solas.
Ella y él.
Los demás se han ido. Pido otro vaso de vino dulce. Por un rato, no decimos nada. Escucho, a ratos, la música sin reconocer ninguna canción. Te noto algo distante. Al fin, decido dar el primer paso. Te pido que me recites un poema. Por tu mirada, sé que es lo que esperabas. te quedas callado, piensas un rato. Finalmente, sin ninguna introducción, comienzas. Tu voz sale algo temblorosa pero solo al principio. Aunque suave y profunda, haces los cambios de tono y volumen cuando hacen falta. No es un poema de amor. Es un poema de verdad. Acabas, ninguno de los dos dice nada.
Te pido que me recites todos tus poemas. Permaneces un rato mirándome a los ojos, dubitativo. Suspiras profundamente, bebes un poco más de vino y comienzas.
Él y ella.
Uno a uno, recito todos mis poemas para tí. Asombrosamente, me los sé todos de memoria. Apenas hago pausas entre uno y otro. Ninguno de mis poemas habla del amor ni del desamor. Te los recito solo para ti, aunque tú no me miras. Permaneces algo distante en actitud ensoñada. Es difícil saber si me estás escuchando en realidad. Sé que sí, en el fondo, tan solo es que es tu manera de ser. No sé si hay ya alguien mas aparte de nosotros en este bar, ni si es ya bastante tarde. Solo pienso en recitar, uno tras otro todos mis poemas.
Termino mi repertorio y ella no dice nada. Yo no digo nada. Hay un corto silencio, interrumpido por alguien que nos dice que el bar ya va a cerrar.
Ella y él.
Salimos del bar. Afuera ya está tan oscuro que casi parece que clarea. La calle es fría y solitaria porque no es un lugar por donde la gente suele salir. Nos preguntamos en voz alta dónde estarán los demás y luego vuelve el silencio. En realidad tampoco queremos reunirnos con ellos. Comenzamos a caminar, sin rumbo fijo. Nos limitamos a vagar en silencio por la vieja ciudad.
Él y ella.
Paseamos por aquí y por allá. No hablamos de nada y tampoco miramos a nadie. Existimos, y ya está. Paseamos por los lugares de siempre y también por lugares que nunca habíamos paseado. Nos recorremos la ciudad un par de veces paseando, sin prisa, sin hablar.
Al final nos detenemos en lo alto de un puente de piedra y nos quedamos mirando las luces lejanas de la vieja ciudad. Al cabo de un rato rompo el silencio y te pido un poema. Miras hacia otro lado, pero creo que he visto una fugaz sonrisa.
Pasa otro largo rato y finalmente, comienzas. Tu poema habla sobre caminos, recuerdos, mares, locura y silencio. Cuando acabas, ninguno de los dos dice nada.
La noche sobre la vieja ciudad está a punto de extinguirse. Los bares ya hace tiempo que han cerrado. Los maestros y las monjas ya hace rato que duermen sus últimos sueños. Pero en lo alto de un puente de piedra, aún quedan dos personas que se recitan mutuamente poemas.
Él y ella. Ella y él.
Se reúnen los amigos de siempre. Bar de madrugada, las mismas viejas anécdotas de siempre, las mismas risas. Esta noche es un poco diferente. Cuando todos ya deciden irse, cambiar de local, dos deciden quedarse. Tienen cosas distintas de que hablar y prefieren decírselas a solas.
Ella y él.
Los demás se han ido. Pido otro vaso de vino dulce. Por un rato, no decimos nada. Escucho, a ratos, la música sin reconocer ninguna canción. Te noto algo distante. Al fin, decido dar el primer paso. Te pido que me recites un poema. Por tu mirada, sé que es lo que esperabas. te quedas callado, piensas un rato. Finalmente, sin ninguna introducción, comienzas. Tu voz sale algo temblorosa pero solo al principio. Aunque suave y profunda, haces los cambios de tono y volumen cuando hacen falta. No es un poema de amor. Es un poema de verdad. Acabas, ninguno de los dos dice nada.
Te pido que me recites todos tus poemas. Permaneces un rato mirándome a los ojos, dubitativo. Suspiras profundamente, bebes un poco más de vino y comienzas.
Él y ella.
Uno a uno, recito todos mis poemas para tí. Asombrosamente, me los sé todos de memoria. Apenas hago pausas entre uno y otro. Ninguno de mis poemas habla del amor ni del desamor. Te los recito solo para ti, aunque tú no me miras. Permaneces algo distante en actitud ensoñada. Es difícil saber si me estás escuchando en realidad. Sé que sí, en el fondo, tan solo es que es tu manera de ser. No sé si hay ya alguien mas aparte de nosotros en este bar, ni si es ya bastante tarde. Solo pienso en recitar, uno tras otro todos mis poemas.
Termino mi repertorio y ella no dice nada. Yo no digo nada. Hay un corto silencio, interrumpido por alguien que nos dice que el bar ya va a cerrar.
Ella y él.
Salimos del bar. Afuera ya está tan oscuro que casi parece que clarea. La calle es fría y solitaria porque no es un lugar por donde la gente suele salir. Nos preguntamos en voz alta dónde estarán los demás y luego vuelve el silencio. En realidad tampoco queremos reunirnos con ellos. Comenzamos a caminar, sin rumbo fijo. Nos limitamos a vagar en silencio por la vieja ciudad.
Él y ella.
Paseamos por aquí y por allá. No hablamos de nada y tampoco miramos a nadie. Existimos, y ya está. Paseamos por los lugares de siempre y también por lugares que nunca habíamos paseado. Nos recorremos la ciudad un par de veces paseando, sin prisa, sin hablar.
Al final nos detenemos en lo alto de un puente de piedra y nos quedamos mirando las luces lejanas de la vieja ciudad. Al cabo de un rato rompo el silencio y te pido un poema. Miras hacia otro lado, pero creo que he visto una fugaz sonrisa.
Pasa otro largo rato y finalmente, comienzas. Tu poema habla sobre caminos, recuerdos, mares, locura y silencio. Cuando acabas, ninguno de los dos dice nada.
La noche sobre la vieja ciudad está a punto de extinguirse. Los bares ya hace tiempo que han cerrado. Los maestros y las monjas ya hace rato que duermen sus últimos sueños. Pero en lo alto de un puente de piedra, aún quedan dos personas que se recitan mutuamente poemas.
Él y ella. Ella y él.
sábado, 22 de febrero de 2014
envidia envidiosa.
Sin buscarlo,
sin quererlo,
sin saberlo;
consigues ser más atractiva que ninguna.
sin quererlo,
sin saberlo;
consigues ser más atractiva que ninguna.
miércoles, 19 de febrero de 2014
Sick mind
Tengo fetiches extraños
y oscuros deseos
que aquí no voy a revelar.
Pero me pregunto:
Hago callar a mis divagaciones
Pienso que solo pienso tonterías
y hago como que me olvido de mis pensamientos.
Finjo que no sé nada para poder sobrevivir.
y oscuros deseos
que aquí no voy a revelar.
Pero me pregunto:
¿Y si en realidad vosotros ya lo sabéis todo sobre mí y lo disimuláis, regodeándoos en mi
ignorancia, riéndoos de mis ingenuas ideas sobre la vida? ¿Cómo podéis mirarme y fingir que
no sabéis nada cuando en realidad oís todos y cada uno de mis pensamientos y conocéis todos
mis secretos incluso mejor que yo misma? Siento que no puedo confiar en nadie porque todos
estáis confabulados contra mí. Siento que no importa cuanto diga o calle porque vosotros lo
intuis de antemano, lo leéis en mi mente, me...
Hago callar a mis divagaciones
Pienso que solo pienso tonterías
y hago como que me olvido de mis pensamientos.
Finjo que no sé nada para poder sobrevivir.
Imagen: Luc Viatour / www.Lucnix.be |
lunes, 17 de febrero de 2014
Qué lugar es
Bares. Me llevó años entender cuál era su atractivo y aún hoy trato de entenderlos.
Bares, donde quiera que vayas, a quien quiera que preguntes, a todas horas, en todas partes, bares.
Qué ambiente, inigualable, el de los bares. Qué tienen de noche que nos hacen comportarnos diferente. Y de día para que perdamos la noción de las horas.
Alrededor de los bares. Crecemos, maduramos, nos reproducimos. O al menos, nos amamos. Nos hacemos preguntas existencialistas. Decimos gilipolleces. Morimos.
Hay dos extremos cuando salimos de bares. Podemos derrochar vida, bailar, disfrutar, fornicar, hacer amigos. También perder el control, deprimirnos, aislarnos, aburrirnos, aborrecernos. Podemos. También hay un punto intermedio, aunque no lo conozco.
Mil historias, en los bares, aún nos quedan por crear. Tantas como canciones que bailar, gente que conocer, anécdotas que contar.
Con el vino en nuestras venas, con esta melancólica balada de fondo, con lo absurdo de la vida, con nuestra inocencia por los bares perdida; ¿no querrás conocerme aquí, ahora, más a fondo esta noche?
Bares, donde quiera que vayas, a quien quiera que preguntes, a todas horas, en todas partes, bares.
Qué ambiente, inigualable, el de los bares. Qué tienen de noche que nos hacen comportarnos diferente. Y de día para que perdamos la noción de las horas.
Alrededor de los bares. Crecemos, maduramos, nos reproducimos. O al menos, nos amamos. Nos hacemos preguntas existencialistas. Decimos gilipolleces. Morimos.
Hay dos extremos cuando salimos de bares. Podemos derrochar vida, bailar, disfrutar, fornicar, hacer amigos. También perder el control, deprimirnos, aislarnos, aburrirnos, aborrecernos. Podemos. También hay un punto intermedio, aunque no lo conozco.
Mil historias, en los bares, aún nos quedan por crear. Tantas como canciones que bailar, gente que conocer, anécdotas que contar.
Con el vino en nuestras venas, con esta melancólica balada de fondo, con lo absurdo de la vida, con nuestra inocencia por los bares perdida; ¿no querrás conocerme aquí, ahora, más a fondo esta noche?
domingo, 26 de enero de 2014
drug addict
Y permanecí allí, durante varias horas, como una drogadicta, oliendo todos y cada uno de los botes de jabón que allí había.
Cada olor me trae un recuerdo, una historia diferente.
Cada olor me trae un recuerdo, una historia diferente.
lunes, 20 de enero de 2014
El (alto) coste de mi vida.
Mi alma tiene el grosor de un penique.
Mis pies son serpientes en mitad de una muda.
Mi cabello, el cadáver de una nube negra
y la sombra de un viejo cuervo.
Mi nariz sabe a melocotón
y mis labios, escamas de lagarto son.
Cuida de mis lágrimas,
algún día serán recuerdos.
Cuida de mis recuerdos,
algún día serán historias.
Cuida de mí.
Algún día, me habrás olvidado.
Mis pies son serpientes en mitad de una muda.
Mi cabello, el cadáver de una nube negra
y la sombra de un viejo cuervo.
Mi nariz sabe a melocotón
y mis labios, escamas de lagarto son.
Cuida de mis lágrimas,
algún día serán recuerdos.
Cuida de mis recuerdos,
algún día serán historias.
Cuida de mí.
Algún día, me habrás olvidado.
sábado, 18 de enero de 2014
La gatita presumida
Y sopló y sopló y la casa derribó.
El cerdito aprendió una importante lección ese día: Construye tu casa de un material más resistente que la paja o la madera, y así ningún maniático y hambriento lobo feroz podrá llegar y destruirla para después devorarte.
Pero el cerdito hizo caso omiso de esta valiosa premisa y decidió ir a vivir del cuento y el gorroneo a casa de su hermano mayor, relegándole todas sus responsabilidades; demasiado perezoso para madurar.
Por su parte, el lobo también aprendió algo: que las hamburguesas del mcdonalds no estaban tan malas y que a un depredador al que le han abrasado el trasero sus futuras presas no se le toma demasiado en serio en el bosque.
Y así fue como el lobo feroz comenzó a fumar, engordó 11 kilos y pilló una profunda depresión.
Pero eso, mis queridos niños, es otro cuento que contaremos en alguna otra ocasión.
miércoles, 15 de enero de 2014
martes, 14 de enero de 2014
Discusiones con una misma
Nos dijeron, nena, que no conocíamos la Poesía
Que no la conocíamos. Que no sabíamos escribir.
Pero no nos importa. No nos afecta su lengua envenenada, por mucho que quiera herirnos.
-Sin embargo, ¿acaso podrían tener razón?-
Amor, no tienen ni idea.
-Tal vez esperen algo más que eso, más que vanas excusas, más que meras palabras.-
Solo pretenden confundirnos. Aunque, ¿y si nuestra propia ambición nos impide ver el fracaso?
¿Y si están, por un momento, en lo cierto?
-No pienses eso. Es la envidia, que les ciega. Su orgulloso culo aún no nos pertenece pero, cuando
lleguemos a lo más alto, nosotras les daremos su merecido.
Que no la conocíamos. Que no sabíamos escribir.
Pero no nos importa. No nos afecta su lengua envenenada, por mucho que quiera herirnos.
-Sin embargo, ¿acaso podrían tener razón?-
Amor, no tienen ni idea.
-Tal vez esperen algo más que eso, más que vanas excusas, más que meras palabras.-
Solo pretenden confundirnos. Aunque, ¿y si nuestra propia ambición nos impide ver el fracaso?
¿Y si están, por un momento, en lo cierto?
-No pienses eso. Es la envidia, que les ciega. Su orgulloso culo aún no nos pertenece pero, cuando
lleguemos a lo más alto, nosotras les daremos su merecido.
foto: http://www.danielruizgarcia.es/wp-content/uploads/2013/06/purpurina.jpg |
domingo, 12 de enero de 2014
Salir de aquí
He oído que existe algo ahí afuera.
Que existió una vez, en mí, no sé dónde.
No sé dónde pero sé que una vez estuvo fuera
y ahora está encerrado dentro.
Dentro de mí.
He oído que fuera todo es mucho mejor.
Dicen que antes todos éramos así,
éramos por fuera,
y que sabíamos,
sabíamos cosas que hoy no nos atreveríamos a saber.
Hace ya tiempo que lo busco.
Hace tiempo que me busco.
Hace tiempo que quiero salir
¡Salir de aquí!
¡Salir de mí!
Nos han dicho que es bueno ser así
escondernos de nosotros
porque somos peligrosos
¡Pero no es cierto!
¡Yo sé que antes fui de otra manera!
Nos han encerrado.
Nos han encerrado en nosotros mismos
Nosotros nos hemos encerrado y nos hemos escondido
de nosotros mismos, porque nos tenemos miedo.
Pero antes éramos así. Estoy seguro.
Hace tiempo que me busco por fuera
Hace tiempo que busco la llave
Hace tiempo que quiero salir de mí, de este engaño,
y encontrarme.
Aunque ellos me digan que es malo
que seré malo
y que acabaré acabando conmigo mismo.
No me importa, he de arriesgarme,
sentirme por una vez libre
sentir que no siento ya el control.
¿Está ya perdido todo?
¿Está ya perdido todo?
Sé que tengo que ser diferente,
sé que tengo que encontrarme
sé que tengo que encontrarme
Ayúdame.
Busca mi llave.
Búscame ahí afuera, por favor.
Ayúdame a salir de mí.
penumbra
¿Quién soy?
¿Qué soy?
En qué me he convertido.
A dónde debo mirar
y qué he de esperar.
¿Me has abandonado ya,
vida?
Oigo una voz
que tal vez sea la mía
¿Quién soy?
¿Qué soy?
Quiero cambiar
pero no sé cómo.
Qué he de pensar de mí.
¿Alguien me busca?
Alguien me queda
¿Alguien me conoce,
en realidad?
¿Quién soy?
¿Qué soy?
¿Sabe alguien si tengo nombre
o algún lugar al que regresar?
Estoy tan cansada
de no poder ver al mirar.
Tan asustada, tan sola
y desorientada.
¿Quién soy?
¿Qué soy?
Y lo más importante,
Por qué soy.
sábado, 4 de enero de 2014
Save me.
"Me decías cabecita loca
Por seguir mis sueños,
Por romper las olas.
Me defendía con mis alas rotas
Contra la corriente vuela, vuela mariposa.
Eras mi ángel de la guarda,
Sobrevolando mis horas bajas.
Eras la música del alba
La lluvia cuando estalla.
Sálvame, no me dejes caer
En la tristeza de las noches en vela
Sálvame y yo siempre seré
Tu amiga más fiel que dentro te lleva.
...
Seré la nieve al caer
Sobre el mar.
Sobre la tierra
Cuando el fuego te quema.
Sálvame... sálvame"
Cabecita loca, Amaral
Suscribirse a:
Entradas (Atom)