Que no la conocíamos. Que no sabíamos escribir.
Pero no nos importa. No nos afecta su lengua envenenada, por mucho que quiera herirnos.
-Sin embargo, ¿acaso podrían tener razón?-
Amor, no tienen ni idea.
-Tal vez esperen algo más que eso, más que vanas excusas, más que meras palabras.-
Solo pretenden confundirnos. Aunque, ¿y si nuestra propia ambición nos impide ver el fracaso?
¿Y si están, por un momento, en lo cierto?
-No pienses eso. Es la envidia, que les ciega. Su orgulloso culo aún no nos pertenece pero, cuando
lleguemos a lo más alto, nosotras les daremos su merecido.
foto: http://www.danielruizgarcia.es/wp-content/uploads/2013/06/purpurina.jpg |
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