Si al final,
mi final,
permanece
mi cuerpo entero,
no lo conserves
en un arranque
de egoísmo fetichista.
No lo guardes bajo tierra
ni me encierres en cenizas.
Devuelve lo que es suyo
a la Madre Tierra.
Deja que mi último aliento
alimente la Naturaleza.
Y si me echas de menos...
Si, al final, me sobrevives,
no me lleves contigo.
No quiero que me guardes.
Cuando me vaya,
no lleves mis restos
en una urna de piedra,
Mejor, lleva mis recuerdos
dentro de tu cabeza.
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