Fairy Oak

Fairy Oak

viernes, 21 de septiembre de 2012

Le Théâtre du Monde.


Imagina que no hay personas mirándote.
Ningún público que te observe, critique ni juzgue.
Imagina que no hay un guión escrito,
eres libre de improvisar.

Imagina que nadie está pendiente de tus palabras,
de tus gestos o tus actos.
Puedes hacer lo que quieras, lo que consideres mejor
y necesario.
Puedes gesticular y sobreactuar.
Puedes gritar y puedes susurrar.
Puedes bailar sin música, cantar desafinando.
Sé tú mismo, inventa tu propio personaje
sé quién tú realmente quieras ser.

Imagina que la Vida
no es la otra sino la tuya
que se enlaza y se funde 
con otros varios millones de vidas.

Imagina que eres dueño de ti mismo
y de todos y cada uno de tus días.

En el teatro, como en la Vida,
debes imaginar que estás solo en el escenario.
Tan solo cuando se enciendan las luces que indican el final
te darás la vuelta para mirarles a los ojos,
recibir los aplausos,
dedicarles una sonrisa y reverencia
y alejarte con un aire triunfal.




Dedicado a Vicente, Miguel, Pedro, Julia, Celia y Sofía.


miércoles, 19 de septiembre de 2012

alma y humo.

Cada calada que dabas 
era un pedazo de alma que se te escapaba
y en forma de humo, difuminándose,
ascendía al Mundo de las Ideas
donde acabaría convirtiéndose 
en un sueño que alguna vez yo habría de tener, 
recordando o solo imaginando
tu atrayente mirada.
Y cómo clavabas tus pupilas en mis ojos.
Fundiéndose verde y castaño.
Y cómo fumabas y cómo me hablabas.
Como si nada te importara.
Y aunque ahora vea
que muchas cosas que decías
las decías solo por quererme impresionar,
tu recuerdo aún no me ha dejado de fascinar.
Y todavía espero, algún día, 
oír de nuevo tu voz quebrada
dejar que me seduzcan 
tus historias inventadas
ahogarme en una espiral de deseos
enmudecer en tu canción de silencios.
Y al final inventarme una despedida.






lunes, 3 de septiembre de 2012

Ama los descansos.


Los excesos de la locura

me condujeron a un estado de inestabilidad

basado en un ajedrezado de sentimientos.

Y en mis coloquios con las posibilidades,

tratando de alejarme de la Muerte

y solo logrando acercarme

cada día más, indiferente,

rozar sus labios de infinita amargura,

notarlos fríos pero a la vez cálidos;

con el calor del infinito descanso

y la extinción de los recuerdos.