He perdido la cabeza.
Ahora
la uso como cenicero.
En ella arrojo cenizas de la hoguera
que hice con mi cerebro y cabello.
Ya no hablo,
ni fumo, ni bebo,
No veo, ni oigo,
ni siento, ni padezco
ni huelo ni saboreo,
ni pienso ni reflexiono...
tampoco lo echo de menos.
Guardé mis ojos en peceras
de cristal con formol,
tal vez los ensarte como colgantes y los venda.
como amuleto afrodisíaco;
los dientes los he plantado en un huerto maldito bajo un cementerio
y crecerán árboles de sonrisas para aquellos que
estén sufriendo.
Mis orejas di de comer al perro del vecino,
para que se indigeste con las cosas malas
que durante la vida he escuchado.
La nariz ahora sostiene lapiceros,
mis labios besan desconocidos
cuyos sentimientos fueron heridos
y ya no les importa que estos tengan
o no dueño.
De los huecos secos de mi calavera
brota el humo de una vida
que poco a poco se
consume.
que poco a poco se
consume.
Y se acostumbrarán a ver solo mi
cuerpo decapitado,
Lentamente olvidarán que yo antes era más que un
cadáver,
que una vez tuve ideales, sueños, deseos;
Que una vez reí, amé, lloré y viví como ellos.
He perdido
Tal vez ellos también la pierdan
y, tarde o temprano,
olviden que una vez la poseyeran.
Tal vez, un día de estos,
lo raro sea el tenerla.
For V, because of his idea.
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