Fairy Oak

Fairy Oak

martes, 15 de mayo de 2012

Perder la cabeza

 He perdido la cabeza.

Ahora la uso como cenicero.

En ella arrojo cenizas de la hoguera

 que hice con mi cerebro y cabello.



Ya no hablo, 

 ni fumo, ni bebo, 

No veo, ni oigo,

 ni siento, ni padezco 

ni huelo ni saboreo, 

ni pienso ni reflexiono...

 tampoco lo echo de menos.


Guardé mis ojos en peceras 
de cristal con formol,

tal vez los ensarte como colgantes y los venda.

La lengua usaré 
como amuleto afrodisíaco;

los dientes los he plantado en un huerto maldito bajo un cementerio

y crecerán árboles de sonrisas para aquellos que 

estén sufriendo.

Mis orejas di de comer al perro del vecino,

para que se indigeste con las cosas malas 

que durante la vida he escuchado.


La nariz ahora sostiene lapiceros,

mis labios  besan desconocidos

cuyos sentimientos fueron heridos

y ya no les importa que estos tengan 
o no dueño.

De los huecos secos de mi calavera
 brota el humo de una vida
 que poco a poco se 

consume.

Y se acostumbrarán a ver solo mi 

cuerpo decapitado,

Lentamente olvidarán que yo antes era más que un 

cadáver,

que una vez tuve ideales, sueños, deseos;

Que una vez reí, amé, lloré y viví como ellos.

He perdido las ideas la cabeza.

Tal vez ellos también la pierdan

y, tarde o temprano,

olviden que una vez la poseyeran.

Tal vez, un día de estos, 

lo raro sea el tenerla.


                     Pequeño poema extraño escrito de madrugada.
                    For V, because of his idea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario