Sin buscarlo,
sin quererlo,
sin saberlo;
consigues ser más atractiva que ninguna.
Fairy Oak
sábado, 22 de febrero de 2014
miércoles, 19 de febrero de 2014
Sick mind
Tengo fetiches extraños
y oscuros deseos
que aquí no voy a revelar.
Pero me pregunto:
Hago callar a mis divagaciones
Pienso que solo pienso tonterías
y hago como que me olvido de mis pensamientos.
Finjo que no sé nada para poder sobrevivir.
y oscuros deseos
que aquí no voy a revelar.
Pero me pregunto:
¿Y si en realidad vosotros ya lo sabéis todo sobre mí y lo disimuláis, regodeándoos en mi
ignorancia, riéndoos de mis ingenuas ideas sobre la vida? ¿Cómo podéis mirarme y fingir que
no sabéis nada cuando en realidad oís todos y cada uno de mis pensamientos y conocéis todos
mis secretos incluso mejor que yo misma? Siento que no puedo confiar en nadie porque todos
estáis confabulados contra mí. Siento que no importa cuanto diga o calle porque vosotros lo
intuis de antemano, lo leéis en mi mente, me...
Hago callar a mis divagaciones
Pienso que solo pienso tonterías
y hago como que me olvido de mis pensamientos.
Finjo que no sé nada para poder sobrevivir.
Imagen: Luc Viatour / www.Lucnix.be |
lunes, 17 de febrero de 2014
Qué lugar es
Bares. Me llevó años entender cuál era su atractivo y aún hoy trato de entenderlos.
Bares, donde quiera que vayas, a quien quiera que preguntes, a todas horas, en todas partes, bares.
Qué ambiente, inigualable, el de los bares. Qué tienen de noche que nos hacen comportarnos diferente. Y de día para que perdamos la noción de las horas.
Alrededor de los bares. Crecemos, maduramos, nos reproducimos. O al menos, nos amamos. Nos hacemos preguntas existencialistas. Decimos gilipolleces. Morimos.
Hay dos extremos cuando salimos de bares. Podemos derrochar vida, bailar, disfrutar, fornicar, hacer amigos. También perder el control, deprimirnos, aislarnos, aburrirnos, aborrecernos. Podemos. También hay un punto intermedio, aunque no lo conozco.
Mil historias, en los bares, aún nos quedan por crear. Tantas como canciones que bailar, gente que conocer, anécdotas que contar.
Con el vino en nuestras venas, con esta melancólica balada de fondo, con lo absurdo de la vida, con nuestra inocencia por los bares perdida; ¿no querrás conocerme aquí, ahora, más a fondo esta noche?
Bares, donde quiera que vayas, a quien quiera que preguntes, a todas horas, en todas partes, bares.
Qué ambiente, inigualable, el de los bares. Qué tienen de noche que nos hacen comportarnos diferente. Y de día para que perdamos la noción de las horas.
Alrededor de los bares. Crecemos, maduramos, nos reproducimos. O al menos, nos amamos. Nos hacemos preguntas existencialistas. Decimos gilipolleces. Morimos.
Hay dos extremos cuando salimos de bares. Podemos derrochar vida, bailar, disfrutar, fornicar, hacer amigos. También perder el control, deprimirnos, aislarnos, aburrirnos, aborrecernos. Podemos. También hay un punto intermedio, aunque no lo conozco.
Mil historias, en los bares, aún nos quedan por crear. Tantas como canciones que bailar, gente que conocer, anécdotas que contar.
Con el vino en nuestras venas, con esta melancólica balada de fondo, con lo absurdo de la vida, con nuestra inocencia por los bares perdida; ¿no querrás conocerme aquí, ahora, más a fondo esta noche?
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